miércoles, 29 de octubre de 2014

La inocencia de la juventud

Cuando era pequeño lo único que me preocupaba fue divertir y disfrutar. Eso es lo que más extraño de mi infancia. Ahora tengo muchas cosas que pensar y no puedo vivir más así, sin preocuparme de nada, ingenuamente. Los deberes, las presentaciones, el trabajo estudiantil para ganar dinero de bolsillo, ahora tengo muchas cosas que hacer y no tengo tiempo para hacerlas. Entonces, si debiera nombrar un lugar que represente un símbolo de bien estar durante mi juventud,  elegiría la mesa de despacho de mi padre. Mi padre tenía, en la época, una habitación para trabajar a domicilio y cuando estaba a la oficina los miércoles y sábados o cuando no estaba simplemente en el despacho, pasaba mi día entero sentado en su silla de escritorio para mirar la televisión o jugar con el ordenador o la Game Boy. Pero podía también pasar horas sin hacer nada y solo sentarme y mirar al vacío.
Actualmente, apenas cinco minutos sin hacer nada me parece un lujo que no me puedo permitir… Las cosas cambian.

« Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día ».
Richard Whately (1787-1863)

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