Cuando era pequeño lo único que me
preocupaba fue divertir y disfrutar. Eso es lo que más extraño de mi infancia.
Ahora tengo muchas cosas que pensar y no puedo vivir más así, sin preocuparme
de nada, ingenuamente. Los deberes, las presentaciones, el trabajo estudiantil
para ganar dinero de bolsillo, ahora tengo muchas cosas que hacer y no tengo
tiempo para hacerlas. Entonces, si debiera nombrar un lugar que represente un
símbolo de bien estar durante mi juventud,
elegiría la mesa de despacho de mi padre. Mi padre tenía, en la época,
una habitación para trabajar a domicilio y cuando estaba a la oficina los
miércoles y sábados o cuando no estaba simplemente en el despacho, pasaba mi
día entero sentado en su silla de escritorio para mirar la televisión o jugar
con el ordenador o la Game Boy. Pero podía también pasar horas sin hacer nada y
solo sentarme y mirar al vacío.
Actualmente, apenas cinco minutos sin
hacer nada me parece un lujo que no me puedo permitir… Las cosas cambian.
« Pierde
una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día ».
Richard Whately (1787-1863)
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